Hay magia en el regalo navideño: coloridas cajas envueltas en brillante papel de regalo, lazos y dedicatorias sentidas. Son adornos acogedores alrededor del árbol de navidad o sorpresas inesperadas escondidas hasta la media noche de Noche Buena. Y, sin embargo, hay obsequios que no pueden envolverse ni en cajas ni en papel de regalo.
Un regalo creativo puede ser la mejor manera de demostrar que alguien nos importa; experiencias distintas, una cena a la luz de la vela o un tiempo para relajarse o ejercitar. Esta vez, además, será especial: han sido dos años distintos y la recompensa por terminarlos debe reflejarlo.
Esta temporada cuando empiezas a pensar en diciembre, no olvides esos regalos creativos. ¿No lo has hecho antes? Aunque es el fin de año, todo lo bueno empieza en Navidad.
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El mejor regalo: un viaje distinto en familia
La Navidad puede ser una oportunidad para conocer más del Ecuador. Regalar un viaje, cualquier viaje, significa también regalar experiencias, sabores, aprendizajes. Es una excusa, además para pasar tiempo con tus seres queridos y familiares.
Un destino ideal y sencillo es una aventura a la niebla de la vía a Mindo, un pueblo famoso por sus aves, mariposas y maravillosa flora al noroeste de Quito.
El pueblo de Mindo (viaja a Mindo con tus millas) no fue siempre el destino turístico que es hoy. Antes rodeado por el bosque impenetrable, se conectaba con Quito mediante una vía que ahora sigue ahí, transitable, para quienes deseen caminar u observar aves que son difíciles de ver incluso en el pueblo. Una parada infaltable es Yanacocha, a las faldas del volcán Pichincha, que alberga al icónico ave Zamarrito Pechinegro así como colibríes variopintas.
La ruta vieja a Mindo es la quintaesencia del viaje diferente: Incluye Nono, otro pueblo pequeño, con hospedajes tradicionales como La Querencia y Rumi Lodge y Tandayapa, al borde del río Alambí, lejos de la ciudad, donde aguarda el Tandayapa Bird Lodge.
En Guayaquil, por otra parte, es fácil olvidar las zonas menos urbanas, cuando la ciudad tiene un “corazón de selva”. Visita la isla Santay, verde y frondosa, dónde podrás caminar, respirar aire fresco y conocer la comunidad con tu familia. Puedes, además pasear en bote cerca de los manglares y observar cangrejos, pericos y garcetas. En medio de la ciudad también puedes visitar el Parque Histórico (visita el Parque Histórico de Guayaquil con tus millas), donde no podrás creer que sigues cerca de la ciudad por la cantidad de aves, tigrillos, monos y tapires que ahí habitan.
Obsequios para el paladar: cenas con sabores distintos
La temporada navideña es ideal para salir a comer. Es otro el espíritu y humor de los comensales, que buscan planes distintos y lugares acogedores. El regalo no tiene desperdicio: Compartes con alguien, conoces lugares nuevos y, por supuesto, comes. Eso sí: para que sea especial, lo mejor es buscar restaurantes a los que no vas con demasiada frecuencia, con propuestas distintas o con la comida favorita de la persona a quien desees hacer el obsequio.
Un regalo gastronómico creativo e ideal puede ser una visita a restaurantes con comida de otros países. Aprovecha de la temporada para probar algo nuevo. Disfruta con alguien especial, por ejemplo, de la tradición culinaria libanesa, conocida por sus cereales, frutas, vegetales y mariscos, pero por sobre todo por su estrella: el hummus, una salsa de garbanzos. O aprovecha para probar el sashimi japonés de un sushi bar, con una Sapporo –cerveza japonesa– helada. ¿Prefieres algo más íntimo en casa? Invierte en una tabla de charcutería artesanal y mediterránea con embutidos, carne de cerdo, quesos, aceitunas y vino. Podrás quedarte en casa, pero viajar con cada sabor.
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Un regalo para la familia: bicicletas
A veces necesitamos un empujón para empezar ese plan de ejercicios que hemos estados deseando desde hace meses. ¿Qué mejor regalo en Navidad que ese? Porque puede ser la época del año para comer, compartir con amigos y familia pero también para ejercitar. La bicicleta, en especial, es una alternativa divertida para quienes necesitan variedad, mantenerse motivados y prefieren dar vueltas al aire libre por sobre las máquinas del gimnasio.
Las bicicletas pueden ser un gran regalo para toda la familia. Con ellas puedes promover una cultura del ejercicio mientras exploras la ciudad o sus alrededores, sales de paseo o de camping y simplemente pasas tiempo con los tuyos. Es un ejercicio simple y demandante a la vez. La bicicleta es ideal para que cualquier persona empiece una rutina de ejercicio: se adapta a los tiempos de cada quien.
Es, sin duda, un regalo creativo y muy conveniente: Solo canjea tus millas en ClubMiles para dar esa sorpresa. Podría ser el inicio de una etapa de ejercicio duradera. Porque todo lo bueno empieza en Navidad.