Ecuador es uno de los pocos países en los que la selva, la montaña y el mar se rozan. Su geografía se distingue por esa cercanía entre regiones que influye en su cultura, arte, economía y, por supuesto, gastronomía. La comida de la costa, en particular, deleita comensales en todas las regiones y climas del país. Donde sea que se prepare y disfrute, sus recetas le rinden tributo a la belleza del mar, sus susurros, brisas y encantos. Te invitamos a degustar estos increíbles platos durante tus vacaciones o visita por el país, mientras Diners Club te acompaña en cada momento, haciendo que cada experiencia sea verdaderamente insuperable.
La costa ecuatoriana se extiende por más de 2 mil km a lo largo del Oceáno Pacífico. Está conformada por cinco provincias: Esmeraldas, Guayas, Santa Elena, Manabí y El Oro. Es irregular, dibujada por golfos, bahías y penínsulas, cada una con sus propios ingredientes y sabores. Es, además, la entrada de tradiciones de otras tierras que, con el tiempo, han marinado la comida local.
En la costa se marinan los sabores del Ecuador entero. Sus platos reflejan, en cada bocado, la riqueza y sazón de las culturas de mar.
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Platos típicos del Guayas.
La provincia del Guayas es el motor económico del Ecuador. Con 5,4 millones de habitantes, es la provincia más poblada y, por tanto, el centro comercial e industrial del país. Toma el nombre del caudaloso río Guayas, el cual riega el clima tropical y seco de Guayas, así como la vibrante ciudad de Guayaquil.
La comida del Guayas dialoga con el clima tropical del que proviene. Es, por eso, fresca y traviesa como su gente, con mezclas ligeras y cítricas que realzan los tonos más salados del marisco y que experimentan con ingredientes locales y de otras regiones del país y el mundo. En Guayas, además, se come con tiempo para la sobremesa, por lo que la comida está usualmente preparada para ser compartida con tiempo para conversar con una cerveza fría.
El ceviche guayasense.
El ceviche del Guayas es una tradición precolombina, ya que rescata el protagonismo del pescado y los mariscos frescos en combinación con jugos de carácter más frutal y cítrico. Antes de la llegada de los españoles, en la región abundaban frutas ácidas que se utilizaban para marinar alimentos crudos, así preservaban la frescura del pescado y agregarles sabor. El limón luego fue traído de Europa y este se adaptó a las técnicas locales. Tiene sentido: servido con ligereza no eclipsa los otros sabores y evoca la frescura.
Ahora esta receta trasciende la provincia y se consume por todo el país. Puede prepararse con pescado o varios tipos de mariscos. Pero es el ceviche de camarón el que se lleva la corona. Cocinado brevemente en agua con cebolla, limón y sal, el camarón se acompaña con cebolla roja licuada, tomates, zumo de limón y de naranja, mostaza y salsa de tomate. A esta mezcla se le agrega tomate picado, cebolla curtida con sal y limón, y cilantro.
Es un producto de contrastes: frescura frutal para los productos de agua salada. Se sirve, además, acompañado de plátano verde frito, chifles o maíz tostado, los cuales le dan más cuerpo a la mezcla. Debe consumirse fresco, cuando los ingredientes están en su máximo punto de sabor. Eso lo convierte en la ofrenda del Guayas al resto del país para los días más calientes. Así, a falta de brisa de mar, hay ceviche guayasense.
Comida típica de Santa Elena.
Santa Elena es una de las provincias más nuevas del Ecuador: fue creada tras desvincularse de Guayas en 2007 y desde entonces ha sido el destino de gran parte del turismo interno del país. Santa Elena seduce en vacaciones a tanto gente de la Costa como de la Sierra por el atractivo de sus playas y, por supuesto, la sazón de su comida, que incluye el ceviche de camarón, el sancocho y, su ingrediente especial, el huayaipe, un pescado muy popular en la zona y que es fácil de cultivar en jaulas marinas.
Santa Elena ha heredado tanto de sus provincias aledañas, como del mar. El verde, por ejemplo, se consume mucho mediante bolones rellenos del marisco de elección y corviches. También es tierra de sopas, entre las cuales, el sancocho de pescado es una especialidad.
El Sancocho de Huayaipe.
El sancocho es una sopa típica de la Costa ecuatoriana y de la región entera. Se toma en Venezuela, Colombia y Perú, con distintas variaciones entre países y, por supuesto, entre provincias. El sancocho de Santa Elena es uno de los más populares por su sazón. Suele prepararse con yuca, choclo, plátano verde, arveja, zanahoria, pasta de ajo y achiote. Su ingrediente estrella es el huayaipe, un pescado que puede cultivarse en el mar mediante maricultura y que, por eso, se ha convertido en la opción más sostenible y deliciosa de muchos.
El sancocho de pescado es un plato cremoso que debe disfrutarse caliente. Tiene el sabor del pescado con el encanto y perfume aromático del cilantro y el perejil. Se distingue del viche por ser más caldoso y llevar menos verdura. Es una sopa que también puede disfrutarse con limón, que acompaña de forma ideal los tonos salados del huayaipe.
Platos típicos de Manabí.
Además de playas que atraen a turistas del mundo entero, su música y sus pintorescos paisajes, si algo ha caracterizado a la provincia de Manabí, es su rica y variada gastronomía, que combina influencias indígenas, afrodescendientes y españolas. La cocina manabita está conformada por productos frescos y mariscos provenientes de su extensa costa, así como de ingredientes autóctonos de la región como el maní, el verde y la sal prieta. La provincia es casi un sello de calidad culinaria, ya que, además, la cocina está permea mucha de la cultura de la provincia. A los manabitas les encanta disfrutar de la vida comiendo delicias. Algunos de sus platos emblemáticos incluyen el encebollado, una deliciosa sopa de pescado o mariscos aderezada con cebolla roja; el ceviche de concha, preparado con conchas de mariscos frescos, limón y especias; y el viche, un guiso a base de plátano verde, pescado, maní y mariscos.
El viche con pargo.
El viche es la sopa tradicional de mucha consistencia y cuerpo que celebra lo más autóctono de Manabí. Lleva pescado, con frecuencia, pargo, yuca, plátanos, maduros, choclo, ajo, cilantro y, por supuesto, mucho maní, un ingrediente transversal en la gastronomía manabita.
Como gran parte de la gastronomía costeña, requiere la presencia de limón, y puede ser complementado con arroz blanco, patacones o chifles. El aguacate también es un acompañante delicioso. Este plato se considera milenario, ya que existen registros de su preparación hace miles de años. Tiene sus raíces en las culturas prehispánicas de Valdivia, Chorrera y Jama Coaque, quienes lo consumían en aquel entonces. Es un manjar que debe comerse con tiempo y pausa para sentir su espesura y riqueza en cada bocado.
Ruta Spondylus, creando sabores.
El mar representa libertad. Ha sido la inspiración de incontables poemas, canciones, novelas sobre su inmensidad. Al rozarse con la tierra, transmite esa fuerza a las tierras costeras. Es una fuerza al vivir, al gozar y al comer. La comida de la Costa, en ese sentido, está permeada de la libertad y la belleza intensa del mar.
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